Hace un tiempo, la Ansiedad llegó a mi vida sin avisar. Hubo una etapa, aquí, en este país, que solo vivía para trabajar, nunca desaprovechaba las oportunidades que me llegaban.
Eran jornadas muy largas, pero en mi cabeza solo estaba la idea de que debía aprovechar cuando hubiera el trabajo, ya que podía ocurrir que se acabara o que me sustituyeran.
Con el tiempo, mi cuerpo se empezó a sentir cansado, y un malestar general que no sabía describir, ahí empezó mi desfile con los doctores.
¿Te has sentido tú también con ese cansancio?
En esta entrada, te quiero compartir mi guía personal para encontrar la paz en medio del caos, y las herramientas que me ayudaron a manejar la ansiedad y la incertidumbre.
El Primer Paso: Reconocer la Ansiedad
Cuando empecé a sentirme mal, mi desfile con los doctores me llevó a descubrir que mi cuerpo se había rebelado. Tenía sentimientos muy encontrados, me sentía triste y eufórica a la vez, como si tuviera un coctél de hormonas brincando dentro de mí.
Mi cuerpo reclamaba por todas partes, pero de formas cambiantes: un tiempo sentía dificultad para tragar, como si tuviera algo atorado en mi garganta, otras semanas aparecían dolores en mis senos, principalmente en el seno izquierdo ( sabía que las molestias localizadas tenían un mensaje más profundo, relacionado con emociones del pasado, con el linaje femenino, pero eso será tema para otra entrada ).
O una opresión en el pecho, ésta última, eventualmente me persigue cuando tengo estrés. Cada nueva molestia me llevaban a pensar que sí tenía alguna enfermedad pero que los doctores no la habían detectado.
Solo quedaba tranquila cuando iba a revisarme y me decían que todo estaba bien. Pero lamentablemente esto no duraba mucho tiempo…
Para más información sobre la Ansiedad, te invito a visitar a mi terapeuta favorito, Enrique Villanueva y su programa en Youtube «La Ansiedad me tiene miedo»
Mis Herramientas favoritas para Encontrar la Calma
Entonces, cuando los doctores coincidieron que yo no tenía ninguna enfermedad, que lo que tenía era Ansiedad, y que debería tratarme para que mi vida fuera más leve, lo primero que me recetaron fueron ansiolíticos, muy mala opción para mí ya que tengo un pequeño conflicto con ese tipo de tratamientos.
Aunque me resistí a tomarlos, confieso haber caído en la tentación por un mes, ya que mi cuerpo no podía más. Sin embargo, supe que no era el mejor camino para mí.
En mi búsqueda por encontrar la paz y la salud, descubrí otras herramientas que me ayudaron a manejar la ansiedad, como la meditación, la respiración profunda y el yoga.
Cambiando la Perspectiva: De la Incertidumbre a la Oportunidad
Recuerdo que mi mamá me decía que no trabajara tanto porque me iba a enfermar, pero yo me sentía de hierro, que nunca me pasaría nada de eso.
La incertidumbre de mi futuro me hacía sentir que tenía que trabajar sin parar. Mi cuerpo me dijo basta, y me obligó a cambiar mi perspectiva.
No solo me ayudó a encontrar la paz, sino a ver mi vida en este nuevo país como una oportunidad para reinventarme y crecer.
Mi Pastelería, mi Refugio
En mi quinta entrada del blog, te conté de «Un dulce reto: Mi pastelería en casa durante la pandemia».
Aunque mi cuerpo se rebeló, mi pastelería fue mi refugio. Me ayudó a enfocarme en el presente, a encontrar una actividad que me llenaba de alegría y a encontrar un propósito en medio del caos.
El cuerpo pasa factura, por eso un consejo te doy si me lo permites: NUNCA te sobrepases, nunca abuses de lo que tu cuerpo te puede dar. No quieras ser la más rica del cementerio, no te malpases porque tu cuerpo necesita nutrición para seguir sirviéndote. Si quieres llegar a los 90 o 100 años con una buena calidad de vida, empieza hoy a escuchar a tu cuerpo.
Me encantaría que me contaras en los comentarios si te sentiste identificada. ¿Cuál es la historia de tu ansiedad?
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