
Con la edad aprendí a poner límites…. Y esto no quiere decir que tenga que dar gritos y sombrerazos. Yo pensaba que mi vida ya estaba planeada, pero la incertidumbre me obligó a buscar un camino.
Si tu también buscas redescubrir tu propósito despues de los 50 , ésta es la mejor etapa. Solo tienes que tener claro lo que quieres y lo que no quieres.
La edad no borra tus sueños, solo te da la claridad para perseguirlos. Aquí está el mapa que yo tracé.
Paso 1: El Gran Filtro. Escucha lo que ya NO quieres

A los 50, la vida nos hace un regalo invaluable: la seguridad para decir no Ya no necesitamos complacer a todos ni cargar con expectativas ajenas. El primer paso para encontrar un nuevo propósito es la limpieza. Si antes mi cuerpo me hablaba a través de la ansiedad (como compartí en anteriores entradas), hoy mi madurez me permite filtrar el ruido externo. Pregúntate:
- ¿Qué actividades me roban energía?
- ¿Qué relaciones ya no me hacen feliz?
- ¿Qué miedos me detienen, y son realmente míos?
Programar un nuevo propósito comienza por desinstalar los programas viejos que ya no te sirven.
Paso 2: Del Miedo a la Curiosidad. Desempolva los sueños olvidados

En mis caídas (como mi intento fallido con la pastelería o los seguros), el miedo a la incertidumbre me paralizaba. Pero el propósito no es una meta a la que llegas, es un picar piedra constante.
Convierte el miedo de: «¿Y si fracaso?» en curiosidad: «¿Y si lo intento de modo diferente?». ¿Recuerdas ese hobby que abandonaste o esa habilidad que admirabas? Es momento de desempolvarlos.
No busques el éxito inmediato; busca la pasión que te mantuvo ocupada. Esa pastelería en casa, aunque no funcionó como negocio, ¡me recordó lo mucho que amo crear! Y esa es la pista.
Paso 3: El Código no es Secreto. Aprender es la mejor Inversión

La frase «ya soy vieja para eso» es la mentira más grande que nos contamos. Cuando mi hija me dijo que yo no era ‘tecnológica’, me di cuenta de que mi cerebro era perfectamente capaz de aprender.
La neurociencia nos dice que aprender algo nuevo después de los 50 es la mejor inversión cerebral que podemos hacer.
aprender algo nuevo después de los 50 es la mejor inversión cerebral que podemos hacer. Mi salto al mundo digital con este blog fue mi manera de demostrarlo.
Si puedes aprender a usar un smartphone o a conducir un coche más lento y precavida, ¡puedes aprender el código o la habilidad que sea necesaria para tu nuevo proyecto! El propósito está a menudo detrás de una nueva habilidad.
Paso 4: La Plataforma de la Experiencia. Convierte tu historia en un don

Tu vida no va en declive, ¡va en ascenso! Cada caída, cada tropezón, la ansiedad, la reinvención… no son fracasos, son tu plataforma para tu crecimiento.
Yo transformé la angustia que sentía en la pasada Entrada en un propósito: crear una comunidad para mujeres como tú. Si tienes 50 años o más, tienes un activo invaluable que la juventud no tiene: la sabiduría y la visión para crear.
¿Cómo puedes usar tu historia, tu profesión o tus lecciones de vida para ayudar o guiar a alguien más? Ese es tu don.
Paso 5: Acción Imperfecta. Empieza Hoy, aunque sea a medias

No esperes a que tu propósito esté perfectamente definido, documentado y con todas las variables controladas (eso es la mentalidad del miedo). La clave es tropezar una y otra vez.
Mi blog comenzó como una idea vaga y con mucha torpeza tecnológica, pero no me di por vencida. Hubo ocasiones que no sabía cómo resolver algún tropiezo y estaba a punto de colgar la toalla, pero no me rendí. Entendí que la paciencia es mi mayor virtud en esta etapa dorada de mi vida.
El propósito se revela en el movimiento, no en la quietud. Si te caes (como yo lo hice con mis negocios de pastelería en casa y los seguros), te levantas y lo intentas de nuevo. La única manera de fallar a esta edad es dejando de intentarlo.
Por todo lo que te he platicado en esta entrada, te animo a comenzar tu proyecto después de los 50. La paciencia es tu mayor activo que te dará la resiliencia para levantarte en cada caída. Recuerda esto: ¡Nunca es tarde para reinventarse!



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